Tecnología para todos
El término 'brecha digital' sigue siendo a día de hoy una de las acepciones que más definiciones tiene y, por lo tanto, más confusas. Para hacerlo de una manera genérica, podríamos definir la brecha digital como la diferencia entre aquellos que tienen posibilidad de acceder a las nuevas tecnologías y los que no. Es decir, una parte del mundo -muy minoritaria, por cierto- dispone de las líneas de teléfono e internet con mayor capacidad; disponen de ordenadores potentes capaces de hacer cualquier cosa, etc... La diferencia entre estos dos grupos es lo que se conoce como 'brecha digital'
Por supuesto no es necesario ni siquiera nombrar quienes disponen de estas tecnologías y quienes no. Es obvio que el Tercer Mundo no puede acceder prácticamente a ningun a tecnología que en el Primer Mundo -que incluye a España- es de uso corriente. ¿Cómo van a disponer de la última tecnología si ni siquiera tiene comida para todos? Y todo ello con el beneplácito de las grandes corporaciones multinacionales -y de los gobiernos de los países desarrollados- que se lucran sin medida a costa de los enormes recursos naturales de que disponen y de la explotación de los habitantes de aquellas regiones. Esto, además, no hace sino aumentar la deuda externa de estos países ya de por sí hundidos en la miseria.
Pero a lo que iba... lo malo no es que la brecha digital sea una realidad en el mundo de hoy en día, sino que la distancia entre el Primer y el Tercer Mundo en este aspecto no hace más que aumentar. El primer riesgo que entraña el hecho de que se ensanche esta colosal diferencia entre ricos y pobres -poco más de una décima parte de la población mundial tiene acceso a internet, la inmensa mayoría de ellos desde Norteamérica, Europa y Oceania-. Esto supone que si la red ha roto las barreras que suponían la distancia y el tiempo, ésto sólo es aplicable al mundo que integran los países desarrollados. La consecuencia es trágica para los países pobres: si ya están enormemente lejos del Primer Mundo, con la brecha digital cada vez están más.
Ahora cabe que los mandamases de todo el mundo -empezando por el señor George W. Bush (señor por llamarle algo)- se decidan a minimizar una pequeña parcela de sus beneficios y accedan a facilitar las cosas a quienes más lo necesitan. Señores gobernantes: la solución está en sus manos.
Por supuesto no es necesario ni siquiera nombrar quienes disponen de estas tecnologías y quienes no. Es obvio que el Tercer Mundo no puede acceder prácticamente a ningun a tecnología que en el Primer Mundo -que incluye a España- es de uso corriente. ¿Cómo van a disponer de la última tecnología si ni siquiera tiene comida para todos? Y todo ello con el beneplácito de las grandes corporaciones multinacionales -y de los gobiernos de los países desarrollados- que se lucran sin medida a costa de los enormes recursos naturales de que disponen y de la explotación de los habitantes de aquellas regiones. Esto, además, no hace sino aumentar la deuda externa de estos países ya de por sí hundidos en la miseria.
Pero a lo que iba... lo malo no es que la brecha digital sea una realidad en el mundo de hoy en día, sino que la distancia entre el Primer y el Tercer Mundo en este aspecto no hace más que aumentar. El primer riesgo que entraña el hecho de que se ensanche esta colosal diferencia entre ricos y pobres -poco más de una décima parte de la población mundial tiene acceso a internet, la inmensa mayoría de ellos desde Norteamérica, Europa y Oceania-. Esto supone que si la red ha roto las barreras que suponían la distancia y el tiempo, ésto sólo es aplicable al mundo que integran los países desarrollados. La consecuencia es trágica para los países pobres: si ya están enormemente lejos del Primer Mundo, con la brecha digital cada vez están más.
Ahora cabe que los mandamases de todo el mundo -empezando por el señor George W. Bush (señor por llamarle algo)- se decidan a minimizar una pequeña parcela de sus beneficios y accedan a facilitar las cosas a quienes más lo necesitan. Señores gobernantes: la solución está en sus manos.
3 Comments:
"Señores gobernantes: la solución está en sus manos"... Ufff, pues si tenemos que esperar a que nuestros gobernantes desarrollen alguna política para ayudar al Tercer Mundo a salir de su subdesarrollo lo tenemos un poco crudo. Ni nuestros gobiernos hacen nada por los países atrasados, ni los suyos cederán sus privilegios para favorecer a su pueblo. Así que todo apunta a que la brecha digital será cada vez mayor (la digital y la económica, la social, la educativa, la...) En fin... que mientras el hombre sea hombre, este mundo no tendrá remedio.
Por Mario Toledo, a las 23:00
Por desgracia lo que me comentas es cierto Mario. El hombre es por naturaleza egoísta y siempre buscará sus propios intereses antes que los comunitarios -políticos incluidos-. Ojalá algún día nos demos cuenta de lo que le estamos haciendo a nuestros semejantes -también por culpa de sus propios gobernantes, que solamente buscan lucrarse a costa de su pueblo sin importarles si mueren de hambre- y decidamos -decidan por nosotros, ¡que desgracia!- que es más importante la vida de un ser humano que tantos beneficios.
Por Nando Rico, a las 10:30
¿Creeís que la informatización y el acceso a Internet es lo prioritario para el Tercer Mundo?, yo pienso que es importante que tengan acceso a la mismas comunicaciones e informaciones que el Primer Mundo, pero para mí las prioridades son otras y la Brecha Digital no me preocupa más que la necesidad de material sanitario, de estructuras para el desarrollo laboral, que el acceso a agua potable...
Por Carmen M. López, a las 18:41
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