mareadigit@l

lunes, marzo 20, 2006

¿Quieres saber más?

Muchos son los que intentan saber más acerca de otro gracias al 'googling' ¡Cómo no! Desde Estados Unidos -esa tierra de 'héroes' que tanto predican ellos mismos, el país de las oportunidades (ja, ja), la primera democracia del mundo (a mí me parece más una dictadura), los explotadores comerciales de la cultura del miedo- llega otra nueva moda que el resto del planeta tendrá que digerir -aunque muchos dicen que este fenómeno ya existía-. Se trata del llamado 'googling', una 'compleja técnica' para que los internautas encuentren datos privados relativos a cualquier persona gracias a la potencia del mayor buscador que existe: Google.
La cada día mayor extensión de internet está contribuyendo a que los usuarios puedan encontrar en la red prácticamente cualquier cosa, desde la ruta a Cuenca hasta el número de cuenta bancaria de una persona. Los datos privados circulan ahora mismo con normalidad por internet, debido a que la inmensidad de la red imposibilita el control de la misma -aunque seguro que algunos ya quisieran controlarla (también), ¿o no señor Bush?-; y a que en el país de origen del 'googling' la difusión de datos privados en internet no está regulada como en Europa.
Pero a los periodistas nos enseñan -algo de lo poco que hemos aprendido en cinco años de carrera, ¡qué mal está la cosa!- que utilizar internet como fuente, aunque sólo sea para buscar datos relativos a una persona de la que quieres saber más, conlleva un riesgo. Los datos que aparecen en la red no siempre provienen de una fuente identificada o ni siquiera la tienen, por lo que su veracidad está en tela de juicio. Esto significa que si un internauta quiere tener más información acerca de una determinada persona haciendo googling, puede ser que se encuentre con datos falsos y eso le lleve a creer o hacer cosas que no son reales sobre la persona en cuestión. Hasta hace relativamente poco tiempo, los datos privados que aparecían en la red pertenecían a famosos y personas de relevancia -algo que es comprensible-, pero en la actualidad parece que se ha desmadrado un poco el asunto y cualquiera -incluidos tú, querido lector, y yo- puede encontrar datos privados sobre otra persona en internet.
El 'googling', como todo, tiene seguidores y detractores (ver comentarios del primer enlace de esta noticia). Desde aquellos que lo legitiman porque todo el mundo tiene derecho a saber más acerca de otra persona -yo les diría que hay que ver de qué forma se quiere saber-; hasta los que se oponen rotundamente porque el 'googling' atenta contra el derecho a la intimidad -a éstos les diría que quienes publican datos privados deberían como mínimo de contar con el consentimiento de los agraviados, que para algo los datos son suyos-. Visto lo visto voy a lanzar una pregunta al viento: ¿hemos de acostumbranos a que cualquiera pueda acceder a los datos privados de otra persona?. Si es así sólo será porque todo lo que viene de Estados Unidos -referente mundial muy a mi pesar y aunque no sean ellos los 'padres' del 'googling', sino del término que lo define- ha triunfar porque a los americanos sólo les da miedo una cosa: aquello que no pueden controlar.