Veneno en el aire
Ayer leí en un diario semanal de nueva publicación (Gente Madrid) una auténtica catástrofe relacionada con el aire que respiramos los varios millones de personas que habitamos en Madrid y alrededores. También en otras grandes urbes tipo Barcelona, París, Roma, Berlín, etc... El tráfico desmesurado, las calefacciones; la polución en general hace que el aire que se respira en estas ciudades sea extremadamente nocivo.
En el reportaje del semanal anteriormente citado aparecían cifras escalofriantes, guarismos que dan que pensar, especialmente a aquellos que ponen en marcha sus automóviles cada día para desplazarse en estas urbes. La cifra de muertes que provoca supera a las víctimas de los renombrados accidentes de tráfico. No enlazo el artículo porque este diario no dispone de edición digital, según parece.
Además de provocar a la larga miles de fallecimientos anuales debido al deterioro que causan en el aire -unos 1.400 sólo en la capital de España, creo recordar, aunque era domingo y con un pelín de resaca-, los humos que desprenden los millones de coches que circulan cada jornada por las grandes ciudades incrementan el avance de un terrorífico fenómeno: el cambio climático, del que ya he hablado en este blog.
Y yo pregunto: ¿no es más fácil coger un transporte público -que también contamina, pero en proporciones bastante inferiores- que, además evitaría los atascos?. En mi caso la diferencia de aire se nota más, ya que vengo de un pueblo de montaña con apenas 8.000 habitantes y rodeado de espacios naturales protegidos por su flora y su fauna -el aire allí es puro y huele a pino-. Y llego a Madrid, donde a un buen rato de camino ya se atisba una gran nube de polución rodeando la ciudad que, por otro lado, es preciosa.
Si no hacemos nada por remediarlo la cosa sólo puede ir a peor, es decir, más muertes por causa de enfermedades que tienen su génesis en la mala calidad del aire. ¿Realemente vale la pena coger el coche -y encima acabar cabreado con los embotellamientos- antes que hacer uso del transporte público y de las piernas -que están para algo más que para ponerlas encima de la mesilla del comedor mientras uno ve la tele-?. Háganlo ustedes por el bien de todos; tal vez alguno de ustedes se vea afectado por sus propios humos en un futuro no muy lejano.
En el reportaje del semanal anteriormente citado aparecían cifras escalofriantes, guarismos que dan que pensar, especialmente a aquellos que ponen en marcha sus automóviles cada día para desplazarse en estas urbes. La cifra de muertes que provoca supera a las víctimas de los renombrados accidentes de tráfico. No enlazo el artículo porque este diario no dispone de edición digital, según parece.
Además de provocar a la larga miles de fallecimientos anuales debido al deterioro que causan en el aire -unos 1.400 sólo en la capital de España, creo recordar, aunque era domingo y con un pelín de resaca-, los humos que desprenden los millones de coches que circulan cada jornada por las grandes ciudades incrementan el avance de un terrorífico fenómeno: el cambio climático, del que ya he hablado en este blog.
Y yo pregunto: ¿no es más fácil coger un transporte público -que también contamina, pero en proporciones bastante inferiores- que, además evitaría los atascos?. En mi caso la diferencia de aire se nota más, ya que vengo de un pueblo de montaña con apenas 8.000 habitantes y rodeado de espacios naturales protegidos por su flora y su fauna -el aire allí es puro y huele a pino-. Y llego a Madrid, donde a un buen rato de camino ya se atisba una gran nube de polución rodeando la ciudad que, por otro lado, es preciosa.
Si no hacemos nada por remediarlo la cosa sólo puede ir a peor, es decir, más muertes por causa de enfermedades que tienen su génesis en la mala calidad del aire. ¿Realemente vale la pena coger el coche -y encima acabar cabreado con los embotellamientos- antes que hacer uso del transporte público y de las piernas -que están para algo más que para ponerlas encima de la mesilla del comedor mientras uno ve la tele-?. Háganlo ustedes por el bien de todos; tal vez alguno de ustedes se vea afectado por sus propios humos en un futuro no muy lejano.
2 Comments:
Eso, hazte y haznos un favor: Emigra!
Por Anónimo, a las 12:44
A ver valiente: ¿por qué no vienes de cara y me das tu nombre? Así al menos podría rebatirte. O por lo menos dime por qué me tienes en tan baja estima con tu opinión.
Por Nando Rico, a las 12:57
Publicar un comentario
<< Home