Ibarretxe ¿no es una persona cualquiera?
El lehendakari Juan José Ibarretxe ha pasado esta mañana por los juzgados de la capital guipuzcoana para declarar ante el juez. La causa: una reunión que llevó a cabo el máximo mandatario vascuence con los dirigentes de la ilegalizada Batasuna. En aquellos días de abril apenas había pasado un mes desde que ETA declarara una tregua indefinida.
A lo largo de estas pasadas jornadas se han producido manifestaciones de apoyo al lehendakari en las calles de Euskadi, con decenas de miles de adeptos a Ibarretxe lanzando proclamas como que el susodicho político no es un ciudadano cualquiera. ¿Cómo que no?. Por muy lehendakari que sea, Ibarretxe es ciudadano de este país en la misma medida que tú o que yo, ni un ápice más ni un ápice menos.
Esto supone que tiene exactamente los mismos derechos que cualquier otra persona que resida en España -Euskadi incluído-; y también las mismas obligaciones -más aún si cabe debido a la relevancia del cargo que ostenta-. ¿Desde cuándo una persona, por ser dirigente político, está exenta de responsabilidades ante la justicia?
Ibarretxe, según parece, tiene el apoyo del pueblo vasco: manifestaciones para pedir que se archive la causa por la que se le convoca a declarar ante un magistrado, ensalzaciones de su cargo; y hoy, una multitud apoyándole a la entrada de los juzgados de Bilbao -pese al aguacero que caía-. Pero el hecho de tener el apoyo popular no le exime a uno de ser juzgado por un hecho que llevó a cabo con gente que está fuera de la ley.
A lo largo de estas pasadas jornadas se han producido manifestaciones de apoyo al lehendakari en las calles de Euskadi, con decenas de miles de adeptos a Ibarretxe lanzando proclamas como que el susodicho político no es un ciudadano cualquiera. ¿Cómo que no?. Por muy lehendakari que sea, Ibarretxe es ciudadano de este país en la misma medida que tú o que yo, ni un ápice más ni un ápice menos.
Esto supone que tiene exactamente los mismos derechos que cualquier otra persona que resida en España -Euskadi incluído-; y también las mismas obligaciones -más aún si cabe debido a la relevancia del cargo que ostenta-. ¿Desde cuándo una persona, por ser dirigente político, está exenta de responsabilidades ante la justicia?
Ibarretxe, según parece, tiene el apoyo del pueblo vasco: manifestaciones para pedir que se archive la causa por la que se le convoca a declarar ante un magistrado, ensalzaciones de su cargo; y hoy, una multitud apoyándole a la entrada de los juzgados de Bilbao -pese al aguacero que caía-. Pero el hecho de tener el apoyo popular no le exime a uno de ser juzgado por un hecho que llevó a cabo con gente que está fuera de la ley.
Etiquetas: política
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