Lejos, lejos...

He de pedir disculpas por no haber comentado nada acerca de la manifestación del pasado sábado, convocada por la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) y el Foro de Ermua, y secundada hasta las trancas por el Partido Popular -que, en mi humilde opinión, es quien convocó realmente el acto-.

Mi madre me diría que soy un sectario, un rojo, un imparcial, etc... a veces hablar con ella sobre política es como hablarle a la pared -como dirían lo ya disueltos SKA-P-. Pero por desgracia esto no ocurre sólo con ella: hay millones de personas en este país -sí, millones- con las que no se puede hablar de temas así porque no razonan -una vez más: con esto no quiero decir que los que razonen sean siempre de izquierdas-.

Ayer, sin más, encontré un comentario de un tal Gordon en el Manifestómetro, en el que ponía a parir a todo el que no compartiera compartira sus opiniones. Tal fue mi indiganción al comprobar los argumentos -entiéndase insultos y descalificaciones- de esta serie de reaccionarios -también conocidos como neanderthales mentales- que no pude reprimir el impulso y le contesté, pidiéndole que, por favor, argumentara sus opiniones; que no sólo se dedicara a insultar a los que no piensan como él.

Pero a lo que iba: no escribí sobre la manifestación porque no creo que fuera contra ETA, sino contra el Gobierno, del mismo modo que no acudí a ella por este motivo -aunque Fitur también tuvo que ver con ello-. Aunque la convocada por los sindicatos el pasado 13 de enero acabó siendo de apoyo a Zapatero. En fin... como dice Mario: 'Yo quería manifestarme contra ETA', no a favor de nadie. Y total, ¿para qué vamos a caldear más los ánimos?. ¿No creéis?. A estas alturas he llegado a un extremo que me revuelve las tripas la política, así que... lejos, lejos.