Los ciudadanos interrogan a Zapatero
El principio fue prometedor: los primeros ciudadanos empezaron fuerte con el caso De Juana. Tema candente y respuesta esperada. Zapatero salío, a mi modo de ver, airoso: explicó por qué el caso De Juana es diferente, incluyendo la justificación, que se resume en que el etarra en cuestión cumplió condena según el código penal heredado del franquismo -condena insuficiente pero no sujeta a cambios retroactivos en la legislación-. Es de subrayar el hecho de que De Juana no se encuentra en libertad, sino en un régimen penitenciario especial -aunque desde el PP se intente hacer ver lo contrario; por mucho que repitan una mentira de ese calibre no se convertirá en verdad, aunque haya un dicho que diga lo contrario-.
De inmediato, Lorenzo Milá -presentador del programa- daba paso a un cambio de tema, no por ello menos importante. Zapatero se enfrentaba a uno de los fantasmas de sus tres años de mandato -aunque en mi opinión quienes han fomentado esta situación son los 'genoveses'-: la crispación política de la que tantas veces he hablado en este blog -el anterior post, por ejemplo-. Para consuelo de algunos -entre los que me incluyo-, ZP habló de buscar el fin de los insultos en política "porque eso es lo que quieren los españoles". Bueno, por lo menos parece que no están sordos todos los políticos.
La nota llamativa de encuentro entre el Presidente y una muestra -representativa, aseguraba Milá, y eso parecía- de la ciudadanía de este país fue cuando le preguntaron si conocía el precio de un café en la calle. La respuesta, según todos los medios fue "80 céntimos" -yo escuché en directo 30-, una respuesta que ha levantado un auténtico debate, especialmente en Periodista Digital (véanse los comentarios). ¡Hay que ver cómo somos los españoles!: siempre hablando de gilipolleces, como si no hubiera otras cosas de que preocuparse. Por otra parte, una joven aseguró al jefe del Ejecutivo que le dio el voto tras el 14-M y que consideraba que ZP había fallado a los jóvenes. Socorrida respuesta la del Presidente, que aseguró interpretar el "no nos falles" como un "no nos mientas, dinos la verdad, etc..."; eso me suena a excusa.
El resto de la entrevista fue un ir y venir de datos -positivos, por supuesto- relacionados con la economía del país. Si hay que reprocharle algo a Zapatero es que dio demasiadas vueltas a los asuntos, demasiada retórica vacía... pero bueno, ya conocemos a los políticos. Aún así, yo valoraría la actuación de ZP con un Bien alto (un 6.5, más o menos), puesto que considero que llevó a cabo una férrea y argumentada defensa de cuanto considera que ha mejorado su gobierno. Eso sí, esquivando hábilmente algunas respuestas, como la de un joven que le preguntó por la vivienda. Y es que los políticos, políticos son.
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